Abdulá Abdulá en un meeting
Abdulá Abdulá se ha descolgado por iniciativa propia de la carrera presidencial afgana. En una conferencia que ha tenido como escenario la Loya Jirga, el único rival de Hamid Karzai ha acabado por confirmar las amenazas de su equipo y excusa su participación en la segunda vuelta electoral. Como justificación de su espantada, Abdulá ha argumentado que no se están cumpliendo las condiciones que normalizarían unos nuevos comicios celebrados con limpieza y transparencia. Recordemos que en la primera vuelta de las elecciones Karzai se impuso con un 49% de los votos; mientras que Abdulá, a su vez, no pasó del 30% de los mismos.
Así las cosas, se abre el dilema relativo a la pertinencia de celebrar unas elecciones sin más candidato que el último presidente, Hamid Karzai, que visto lo visto va a repetir mandato de modo inapelable. De hecho, así como él ha perdido a su rival; los electores se han quedado sin alternativa. Representantes de EEUU en la zona ya se han manifestado a favor de celebrar lo que serían unos comicios fantasma puramente protocolarios. Por su parte, portavoces de la ONU coinciden en señalar el sinsentido y el error que implicaría abrir nuevamente las urnas, pues ello significaría hacer efectivos unos gastos y un peligro de atentados tan inútiles como gratuitos.
Aun reconociendo el derecho de Abdulá a tomar su decisión, parece que esta iniciativa sólo puede socavar el crédito de una democracia ya de por sí cogida con no pocos alfileres. La estrategia de Abdulá, dirigida a desestabilizar la legislatura de Karzai, va a costarle muy cara al proyecto de democratización del país afgano.
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