Václav Klaus, con la bandera de Chequia al fondo
Václav Klaus da el perfil del político ingenuamente escéptico que ve fantasmas donde no los hay y los pasa por alto donde realmente están. En eso consisten la estupidez y esa postura típicamente escéptica amiga de dar mayor crédito a la mentira que a la verdad. Al parecer, Klaus ha llegado a construirse un universo psicológico propio en el que Chequia goza de un status diplomático único dentro de la Unión Europea y en el que, además, el planeta atraviesa un excelente estado de salud. A estas alturas ya está claro que cualquier contacto del pensamiento de este señor con la realidad es pura coincidencia.
La firma del presidente checo da luz verde a la formalización jurídica del Tratado de Lisboa, que entrará en vigor a partir del próximo 1 de Diciembre según todos los cálculos. Pero tampoco entonces estará el horizonte despejado para la aplicación del nuevo pacto si los tories acaban imponiéndose en los próximos comicios británicos. Así lo ha expresado el líder del partido conservador, David Cameron, que viene de lanzar una bravata acerca de su negativa a realizar el referéndum sobre el Tratado de Lisboa en el Reino Unido. ¡Madre mía! ¡Qué rebeldes están los conservadores!
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