El País abre hoy, martes 20, con el titular que sigue: “La policía descabeza el frente político de ETA por tercera vez en cinco años”. Las policías de España y Francia echaron ayer el guante a Aitor Elizarán Aguilar, supuesto cabeza pensante del brazo político de la banda (si es que es posible que alguien piense y milite en ETA al mismo tiempo). Con esta son tres las veces que en los últimos cinco años las fuerzas de seguridad guillotinan el cuerpo político de ETA, lo que es posible gracias a la capacidad regenerativa del grupo terrorista. Tanto es así que Aitor Elizarán no llevaba más de año y medio en el ejercicio de su cargo. En efecto, mientras que las víctimas del terrorismo arrojan un vacío indisimulable a su muerte, el lugar que dejan los dirigentes etarras es fácilmente ocupado por un nuevo arribista procedente de la kale borroka y la izquierda abertzale vasca, auténticos centros de reclutamiento del aparato armado de la banda.
Esta palingenesia capital de ETA nos recuerda al mito clásico de la Hidra de Lerna, animal fabuloso dotado de la virtud de generar un par de cabezas por cada una que perdía. Solamente el ingenio y el valor de Heracles hallaron el modo de echar abajo semejante resistencia.
La capacidad regenerativa de ETA sería inviable sin la complicidad y la tibieza de buena parte del pueblo de Euskadi, que en el mejor de los casos desvía la mirada al ver cómo uno de sus adolescentes quiere echarse unas risas a costa del mobiliario urbano y la paz social de la ciudad vasca de turno.
Por ello, sólo podemos sentir lástima de la autocomplacencia mostrada por el ministro del Interior cada vez que comparece ante la prensa para hacer público lo que se entiende como un nuevo paso hacia el fin de ETA. En cualquier caso, más vale apañarse con este nuevo arresto y esperar que alguien acierte a aplicar el ingenio y el valor de Heracles en la lucha contra este nuevo monstruo de cien cabezas que es la banda terrorista ETA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario