Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de España
España asume la presidencia rotatoria de la Unión Europea consciente de que el nuevo orden impuesto por el Tratado de Lisboa le asigna un papel secundario o, cuando menos, subordinado al Presidente del Consejo Europeo. Y esto, que en principio frustra las expectativas de los españoles, representa un alivio para el conjunto de los europeos. Más vale ignorar la ruina que el socialismo español haría de Europa si Rodríguez Zapatero llevase la voz cantante en lo que respecta a la gestión comunitaria de la crisis económica. Que España ha sido el país con más ardores para digerir la debacle financiera es algo que escapa a toda duda.
Finanzas aparte, es de señalar que la presidencia española aspira a armar su agenda política en base a dos puntales preferentes: la innovación y la igualdad, que es como destejer de noche la trama del día. Por un lado potenciamos la iniciativa tecnológica y ciudadana, y por otro reincidimos en el disparate de planificar las relaciones humanas. Lejos del consenso que nos prometieron, las claves de la presidencia española reproducen exactamente el esquema con el que el PSOE quiere cartografiar el tejido social de Europa. Junto con pequeños pero atinados aciertos como es el caso del compromiso con la adhesión de la Unión al Convenio Europeo de Derechos Humanos, la presidencia española ha diseñado el aborto ideológico de implantar un Observatorio Europeo de la Igualdad de Género. Ahí es nada.
Va a ser también cosa de ver el modo como la presidencia española se las arregle para conciliar el proyecto de más Europa con la afición socialista por las amistades peligrosas. El PSOE, presa de su esquizofrenia habitual, va a vérselas y deseárselas para mantener la unificación europea de criterios en paralelo con su fidelidad a los intereses del ALBA comunista.
Creo que por encima de fobias y filias políticas hay que ser un poco más explícito y claro en lo que se dice. Me voy a centrar en dos aspectos en los que existe un poco de regodeo por tu parte. El hecho de que España esté saliendo más lentamente de la crisis, especialmente en su apartado empleo, es algo solo parcialmente achacable a Zapatero. España es un país, todo el mundo lo sabe, que tiene un modelo económico o productivo que la hace crecer muy rápido en tiempos de bonanza, recuerda como España creaba más empleo y más rápido que el resto de la UE no hace mucho tiempo, pero al mismo tiempo cuando las cosas vienen mal lo destruye con mucha facilidad. Esto es achacable al poder político, ahora Zapatero, antes Aznar y antes F. González y antes…. Al poder económico, ese empresariado tan cortoplacista preocupado en obtener sustanciosas ganancias con el menor riesgo y tiempo posible y además poco proclive a crear un “saber hacer” en sus actividades, y finalmente un fracaso escolar alarmantemente alto para un país que pretenda competir en el mercado internacional en actividades relacionadas con la Sociedad del Conocimiento y no en base a salarios baratos de sus trabajadores. Como verás amigo la cosa no es tan fácil. Es más, el mayor esfuerzo económico público en I+D+i se ha realizado en los últimos años.
ResponderEliminarCrear un marco donde las diferencias sociales y económicas queden minimizadas no creo que sea tan grave, a no ser que tú defiendas las teorías de los “neocon” que no solo las justifican sino que las estimulan bajo la falacia de que eso crea más riqueza, en una suerte de darwinismo social. Las sociedades donde realmente no existen profundas diferencias sociales son las más avanzadas económica y socialmente, luego no entiendo tu miedo ante ese legítimo objetivo. El que se cree un Observatorio Europeo de la Igualdad de Género,( por cierto muy “ocurrente” lo de llamarlo “aborto ideológico” a este proyecto) es otro aspecto positivo, sobre todo si no se queda solo en Observar sino en Actuar, para superar las causas que marginan a la mujer en la sociedad, especialmente en países como España. Ten en cuenta que si exceptuamos los partidos, donde sí se aprecian tímidos avances, en el resto de ámbitos sociales hay una clara y flagrante marginación y si no, ¿cómo te explicas que existan tan pocas mujeres al frente de empresas o de rectoras de universidad?, por ejemplo. Resolver injusticias como estas requieren políticas activas de igualdad de género, ten en cuenta que si no fuese por estas políticas y a la lucha que las mujeres han llevado a cabo seguramente todavía no podrían votar en unas elecciones o tendrían que seguir pidiendo permiso a su marido o a su padre para abrirse una cuenta en el banco.
Gracias por el comentario, Hortopu.
ResponderEliminarDesde luego, estoy de acuerdo contigo en que la estructura laboral española, basada en la paella y el ladrillo, no es lo bastante dinámica para salir de la crisis al ritmo en que lo hacen otras economías. Y el PSOE no tiene más culpa de ello que el resto de formaciones políticas o el empresariado. También coincido contigo en que la innovación y la educación son las principales bazas que pueden ayudarnos a remontar el vuelo. Pero el PSOE es responsable del insondable endeudamiento público en que se debate el Estado, un déficit que nos va a llevar de cabeza a una situación alarmante, y que aleja a más no poder la salida de la crisis. Ninguna práctica más cortoplacista que el derroche del PSOE. Y si no, échale un ojo a esto:
http://www.elpais.com/articulo/economia/HSBC/cree/deuda/espanola/peldanos/nivel/real/elpepueco/20100111elpepueco_6/Tes
Descuida, no comparto los principios del neoconservadurismo. Y ni apruebo ni desapruebo las desigualdades económicas y sociales, más bien me limito a dejar que las cosas se desarrollen a su aire. Parafraseando (y tergiversando)a Marx, te diré que no podemos tratar igual a personas que se comportan de modo desigual. La única igualdad que conozco es la igualdad ante la ley, es decir, la igualdad entendida como un punto de partida, igualdad de oportunidades en definitiva.
Si las mujeres son socialmente desfavorecidas, estamos ante una injusticia que hay que combatir con los instrumentos jurídicos existentes. A la implantación ad hoc de nuevos dispositivos de protección a la mujer lo llamo yo discriminación positiva, algo que no tiene nada que ver con la igualdad que tan altivamente predican las feministas.
Gracias, Hortopu, por haberme dado la oportunidad de aclarar mis planteamientos.