miércoles, 18 de noviembre de 2009

A vueltas con el tiempo

                                                                                

Ilustración medieval de un juglar tocando su flauta

Hoy, cuando viajaba en el tren de vuelta a casa, un músico ambulante limosnero ha aparecido en el vagón para amenazarnos con amenizarnos el trayecto a cambio de unos céntimos. Mientras el flautista destripaba la conocida melodía renacentista, he pensado que el tipo se daba todo el aire a un juglar, vestía poncho y calzas de colores, de lo más llamativo, la mar de perroflaútico. La cosa es que, al verlo allí y escucharle, he tenido una especie de regresión: se me han venido a la memoria las miniaturas medievales coloreadas con retratos de juglares y troveros.

Más tarde, ya en casa, he puesto el telediario mientras cenaba para ver cómo el gobierno español ha alcanzado un acuerdo económico con los piratas somalíes por el que los marineros del Alakrana presos en el Índico quedarán en libertad, y es que los corsarios sólo saben hablar con lengua de plata. Gajes del oficio, desde luego. Y entonces he tenido otra regresión: las escenas televisadas me han recordado la hegemonía naval de los fieros vikingos y los piratas árabes, el terror de los mares allá por el Medievo.

Por último, ya cenado, me he venido al ordenador, el mejor amigo del hombre del siglo XXI, para encontrarme en las ediciones digitales de los periódicos con la noticia que alerta sobre la grave crisis energética por la que está atravesando toda Sudamérica, donde los gobiernos prefieren explotar por su cuenta los recursos naturales en vez de poner su gestión en manos de empresas privadas a todas luces más eficaces en esta clase de negociados. Y entonces, amigos míos, he tenido otra regresión: me he acordado del período del oscurantismo medieval, de las velas de sebo y la fuerza tractora de los bueyes. Y así me he dicho que la crisis financiera es algo más que un simple freno económico y productivo, es más bien una causa de involución histórica que nos hace pensar que igual el pasado no está del todo superado.

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