viernes, 11 de marzo de 2011

La Primavera de las Naciones norafricanas




Estamos asistiendo a una ola de revoluciones populares en el mundo árabe y, de manera especial, en el área de influencia de los pueblos bereberes. Se trata de una ola que nadie sabe muy bien en qué playa desembocará.
Hay quien habla de un conflicto generacional y quien apunta al auge de efluvios nacionalistas. En cualquier caso, los protagonistas proceden de clases populares descontentas con gobiernos soberanistas de tendencias autocráticas; gobiernos que, por lo demás, vinieron bailando al compás marcado por el foreign office estadounidense. Ironías de la vida: desde el estallido de los levantamientos, el despacho capitaneado por Hillary Clinton parece simpatizar con los revolucionarios.
El tiempo nos va a decir si somos testigos de una apertura a los procesos democráticos en la cultura islámica o si, más bien, vamos a presenciar el imperialismo de la teocracia monolítica al más puro estilo Ahmadineyad.
La Primavera de las Naciones norafricanas está aquí, pero lo importante es saber si soplan vientos nacidos de las fuentes del islam o si, por el contrario, son vientos procedentes de la cultura árabe. En el primer caso, podemos echarnos a temblar; en el segundo caso, tenemos licencia para soñar.  

lunes, 6 de diciembre de 2010

La obsolescencia y otros caprichos

Ella nunca lo haría
                                                                                         

Habremos oído quejas, nos hemos quejado nosotros mismos de lo poco que duran muchas de las mercancías que compramos hoy en día. Televisores, equipos de música, lavadoras o coches con una fecha de caducidad que en poco supera la de los yogures.

Vale que existe el fenómeno económico por el que las empresas tratan de estimular el consumo fabricando mercancías de usar y tirar. Pero no es menos cierto que también existe el fenómeno psicológico por el que los consumidores se cansan de sus bienes antes de que les llegue la edad de jubilación. Precipitamos el fin de las cosas, nos deshacemos de buena parte de nuestras pertenencias sabiendo que aún funcionan. Sin ánimo de posar de moralista, sugiero la hipótesis de que la impaciencia se impone como una forma de pandemia en la sociedad contemporánea.

Es un fenómeno relacionado con aquel otro que describe Adela Cortina, según la cual no es lo mismo hacer la compra que ir de compras.

Hay una erosión del tiempo en las cosas, y una erosión del tiempo en nuestro apego a las cosas.

Con todo, no faltan excepciones. Piénsese, sin ir más lejos, en las ciudades, el vino y lo que perdimos. Son cosas que el tiempo revaloriza; cosas que la mugre, los fermentos y la nostalgia revalorizan.

jueves, 22 de abril de 2010

A la altura de los tiempos

Wall Street en el ojo del huracán
                                                                                      
El protagonismo que la debacle financiera y los esfuerzos por salir de ella han ganado de un tiempo acá demuestra hasta qué punto la política vive subordinada a la economía en el mundo moderno. Tanto es así que nadie se atreverá a negar que la macroeconomía viene dibujando el horizonte de sentido en el que se despliega la actualidad social del planeta.

Sin ánimos de predicar reminiscencias tecnocráticas, sí quiero reseñar que, en tiempos así más que en ningunos otros, conviene esgrimir y desarrollar estrategias globales basadas en planteamientos pragmatistas. Los vientos que corren nos obligan a buscar y adoptar posturas operativas. En otras palabras, debemos enfocar nuestra atención sobre la utilidad de los instrumentos empleados y en modo alguno sobre el contenido semántico o ideológico de los mismos.

Por ejemplo, la administración Obama tiene en lanzamiento una reforma financiera que exige el concurso del Congreso en pleno y los agentes sociales relacionados con la Banca. Se trata de una reforma tibia, como muchas voces han señalado; lo que significa que estamos hablando de una reforma que el conjunto de las facciones políticas puede aprobar sin necesidad de hacer grandes sacrificios partidistas.

Pues bien, lo justo sería que todas estas facciones arrimasen el hombro en el intento de sacar adelante una reforma razonable que responde a las exigencias de los tiempos que corren. No hay razón para que los liberales teman el escrutinio estatal de los desajustes producidos por la libre actividad de los mercados.

Pensemos, de igual modo, en lo que está pasando en Grecia. El gobierno socialista de Yorgos Papandreu ha disparado el déficit público hundiendo al país en la bancarrota. Pues bien, en una tesitura así, se impone ejercer el principio de solidaridad entre los estados miembros de la EuroZona por encima de los escrúpulos ideológico-nacionales, que hemos visto ejemplificados en Angela Merkel.

lunes, 12 de abril de 2010

La derecha avanza en Hungría

Viktor Orban, candidato presidencial del FIDESZ
                                                                                   
La centroderecha mantiene su liderazgo en los comicios presidenciales celebrados en Hungría. Después de salir triunfantes de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, el FIDESZ ha confirmado los pronósticos que le daban por favorito en estas legislativas. Y es que el desgaste acumulado en ocho años de gobierno ha pasado factura al partido socialista MSZP.

Si bien ha visto recortada la ventaja conseguida en las elecciones europeas, el FIDESZ (Alianza de Jóvenes Demócratas) se ha impuesto con un 52% de los votos escrutados. Le siguen a larga distancia el MSZP, con un 19%, y los ultraderechistas de Jobbik (Movimiento para una Hungría mejor), con un 17%, lo que dispara en 12 puntos sus últimos resultados electorales del Parlamento nacional. Así las cosas, llama poderosamente la atención el golpe de timón hacia estribor de la nave húngara.

En espera de la segunda vuelta, el FIDESZ, con mayoría parlamentaria, tiene en sus manos la reforma constitucional que estuvo vendiendo a lo largo de la campaña electoral. Fuera de los típicos brindis al sol que prometen higiene y virtud institucional, el FIDESZ se hace el propósito de agilizar los mercados reduciendo la presión fiscal y abriendo márgenes al sector privado.

Esta convocatoria a las urnas ha registrado una baja participación, motivada a todas luces por el descontento general con la gestión económica del gobierno socialista; de hecho, los analistas coinciden en identificar el clientelismo insidioso de los socialistas como el principal causante de la desastrosa coyuntura que atraviesa la economía húngara. A tal punto llegó el desastre en las cuentas del MSZP que el ejecutivo se vio obligado a dimitir en bloque el pasado Abril.

Los altos índices de corrupción y desempleo explican el preocupante despegue de Jobbik, el partido húngaro del resentimiento nacionalista y antisemita. Una vez más nos encontramos la reacción ultraconservadora ante el descalabro de las administraciones socialistas. Algo parecido vivieron los británicos en vísperas de las últimas elecciones europeas.

sábado, 10 de abril de 2010

Suma y sigue en Polonia

Lech Kaczynski, fallecido en accidente aéreo
                                                                          
Muerto el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, se abre un nuevo horizonte para este pueblo eslavo. No me voy a detener en elegías y oraciones fúnebres.

Me interesa más subrayar que el accidente aéreo va a sembrar de dudas el futuro inmediato de Polonia. Por lo pronto, el vacío de poder, disimulado con la regencia del centroderechista Bronislaw Komorowski, ha anticipado la convocatoria de elecciones presidenciales.

El caso es que los Kaczynski, los hermanos Lech y Jaroslaw, gobernaban con el apoyo de amplios sectores de la población, pero gobernaban según los patrones del más rancio de los nacionalismos. De hecho, el vuelo que viene de estrellarse llevaba al presidente y la cúpula estatal polaca rumbo a un acto homenaje de memoria histórica en Rusia.

Ultraconservadores, homófobos y euroescépticos, los Kaczynski treparon al poder inflando el ego patriotero de los polacos, cuya identidad nacional ha sido molida a palos por la historia. Todo podría haber sido de otra forma si los hermanos no se hubieran deslizado hacia posicionamientos radicales después de combatir por la democracia en Polonia, que en los años ochenta significaba lo mismo que luchar contra el imperialismo soviético y la vieja nomenclatura del partido.

En lontananza, atisbamos una elecciones estivales en las que el partido centroderechista Plataforma Cívica tendrá que vérselas quién sabe si con el mismo Jaroslaw Kaczynski, hermano del presidente fallecido y apologeta de ideas si cabe más reaccionarias.

jueves, 25 de marzo de 2010

Google desafía a China

Google china opera desde Hong Kong
                                                                                

Se habla de las grandes corporaciones multinacionales como de insaciables monstruos tragaperras sin escrúpulos. Con todo y ser posible, Google ha dado un ejemplo renunciando a su parte del pastel en el mercado cibernético chino. Una parte en modo alguno pequeña. Y todo por defender su identidad como firma.

Internet, entre otras muchas cosas, nació con la vocación de convertirse en un foro global de intercambio de ideas y expresión sin trabas. Por primera vez en la historia, ciudadanos del mundo entero, cosmopolitas, podían dialogar a tiempo real sin ningún tipo de control aparente. Pronto, gobiernos represivos y regresivos como el de China advirtieron las dimensiones de la amenaza y obraron en consecuencia, formalizaron mecanismos de censura y fiscalización de los canales del conocimiento.

Ahora, Google, a diferencia de Yahoo, el buscador de Bill Gates, ha sido consecuente con el espíritu que impulsó los primeros pasos de Internet y no se ha plegado a las exigencias dictadas por los burócratas de Pekín. Google sabe que la red de redes no es nada sin libertad de expresión y ha comprobado que con los totalitaristas apenas cabe la posibilidad de negociar, simplemente porque no atienden a razones.

Es hora de que el Senado de Estados Unidos haga pública su condena a la actitud de China ante lo sucedido. Google fue valiente y el Estado al que paga impuestos debe serlo también.

sábado, 13 de marzo de 2010

El largo camino a las urnas en Iraq

Una mujer iraquí ejerciendo su derecho al voto
                                                                                 

Cuando en 2003 el presidente Georges W. Bush le declaró la guerra a la Iraq de Sadam Hussein, las encuestas señalaron que el 90% de los españoles se oponía a la invasión. Pues bien, yo me encontraba entre ese 10% de la población que se abstuvo o se negó a manifestarse en contra de la ofensiva, que era una cruzada santa en toda regla. Pensé, ingenuo de mí, que el pueblo iraquí recibiría con los brazos abiertos a los invasores estadounidenses, quienes se les representarían como providenciales salvadores de la autocracia ejercida por Sadam.

Hoy, con la perspectiva de los años, sé que me equivocaba. Pero solamente en parte. No me interesa hablar aquí de la justicia o injusticia de aquella guerra, porque eso depende del código de valores al que nos atengamos. Ciertamente, no existe la guerra justa o la guerra injusta en términos absolutos por cuanto no existe una moral infalible y absoluta. Después de todo, declarar la justicia o la injusticia de una guerra no es más que un jodido juicio de valor. Por eso no voy a decir una sola palabra acerca de los motivos que impulsaron a quienes planearon la invasión. Sí me interesa sopesar las consecuencias de todo el asunto.

Por un lado, la ocupación se ha cobrado millares de muertos, y aún sigue goteando la sangre vertida por las víctimas de los atentados terroristas. Pero no es menos cierto, por otro lado, que el tirano Sadam Hussein fue juzgado y condenado (que la sentencia dictara la pena de muerte es la aberración final de la crónica de un homicidio anunciado). Al mismo tiempo, la ocupación ha verdecido estos días en forma de elecciones libres universales. En efecto, la democracia representativa en Iraq se ha convertido en una realidad puede que impensable para aquellos que en 2003 se opusieron a la invasión del país.

Según los primeros recuentos, Al Maliki parece llevar la delantera a la coalición chií de la Alianza Nacional Iraquí y al partido no confesional del ex primer ministro Iyad Allawi.