martes, 27 de octubre de 2009

Venga a sacar tajada

                                                                          

Aguirre y Gallardón, las apariencias engañan

El PP está lejos de ser un partido federal pero ni falta que le hace. El peso específico que han ido ganando los mandamases populares en Madrid desde 1991 les ha inflado el ego hasta el extremo de creerse en condiciones de poner a prueba la autoridad de la cúpula central del partido. Esto es algo que no se dice, pero se sabe. El perfil bajo de Mariano Rajoy hace el resto. Dicho lo cual, también es cierto que los partidos que gozan de mayoría absoluta pueden darse este tipo de caprichos, pues no parece que estas disensiones intestinas vayan a pasarle factura a nadie.


La esquizofrenia del PP madrileño promete ir agudizándose mientras no se ponga fin a la lucha abierta con motivo de la elección del presidente ejecutivo de Caja Madrid. Es bochornoso que el rifirrafe que se traen Esperanza Aguirre y Ruíz-Gallardón tenga paralizado el proceso electoral del que debe salir el presidente de la entidad financiera; pero es más bochornoso aun que se esté politizando de esta manera lo que, en buena lógica, tendría que ser un negociado preferentemente empresarial. Lo más sangrante es que Aguirre y Gallardón no actúan en interés del partido, sino en el suyo propio. Si bien hemos de tener en cuenta el difuso status jurídico de Caja Madrid; no es menos cierto que solamente un profesional de las finanzas, y en ningún caso un valido impuesto por tal o cual político, podría satisfacer las expectativas de quienes tienen fe en la división transparente de lo público y lo privado.

Hay que denunciar tanto politiqueo, tanta ambición que no piensa nada más que en el interés particular y partidista. Hay que poner al frente de la entidad financiera a la persona mejor cualificada con independencia de su historial político. No más sectarismos, por favor.

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